Sesión 3: La multitud en el cuerpo


"En momentos de cambios significativos o de ruptura, no sabemos con exactitud quienes somos o que significa “yo” cuando lo pronunciamos. Si el “yo” está separado del "tu" o del “ellos”, es decir, de todos aquellos sin los cuales el “yo” seria impensable, se genera, obviamente, una terrible desorientación ¿Quién es este yo después de tal ruptura con las relaciones constitutivas, y en que puede convertirse, si acaso tiene esa capacidad?... Las relaciones constitutivas tambien contienen un patron de ruptura, que, de hecho, nos constituyen y, a la vez, nos rompen. Esto lleva a una forma de locura tentativa o más definitiva, sin duda. ¿Qué significa que necesitas aquello que te rompe? (Butler, 15:2015)

Desde la sesión del jueves pasado con la Maca, siento que ha pasado un mundo. Y es que este tiempo es un sin tiempo: nos perdemos en la consecución de los dias, los horarios se trastocan, las comunicaciones irrespetan horarios y esta dimensión se pierde, tanto como la del espacio. A propósito de este último, en la semana me encuentro con un texto de un urbanista (Lefevre), muy citado por estos dias en el campo teatral,  que nos ofrece una nomeclatura diferente del espacio público, pues lo concibe desde su dimensión social. Para Lefevre el espacio es producido en tres dimensiones: los espacios de uso cotidiano, los espacios vividos (que serian el lugar de las creencias, de lo imaginario, de lo simbólico) y los espacios concebidos, aquellos en donde el poder opera, estableciendo límites, normas y fronteras. El espacio público, desde esta perspectiva, estaría dado por contextos y relaciones y no por un lugar determinado. Lo urbano, en tanto, seria un “estado de actualidad dispersa y alienada, de germen, de virtualidad" asi como "lugar de encuentro y de deseo, de desequilibrio, momento de lo lúdico y lo impredecible". Pienso en cuanto de "urbano" hay en este espacio que construimos con la Maca cada vez que nos conectamos por zoom. Cuanto de urbano hay en mi dormitorio y en su living. Qué espacios inauguramos cuando hablamos, reflexionamos, bailamos  y lloramos desde estos  lugares.

Flash back: Vuelvo a la sesión de jueves pasado, a la reflexión sobre los cuerpos que nos habitan y nos constituyen como sujetos, a la necesidad de tocar y ser tocado, a la nostalgia de aquello que te toca pero a la vez te rompe. Macarena me habla de una relación pasada, en la que se mezclan amor y horror en partes iguales, y como,  ante la inesperada muerte de esta persona, la sensación de falta asoma a ratos. Al oirla me pregunto por la falta del cuerpo, que aunque dañe te reafirma sujeto - mujer- otro. Me pregunto tambien por la falta de la carne, en este encierro pandémico y cuánto hay de idealización en eso...

Recuerdo entonces una cita de Merleau Ponty: "La carne no es algo que uno tenga sino mas bien la red en la cual uno vive; no se trata meramente de lo que toco del otro, o de mi mismo, sino de la condición de posibilidad del tacto, una tactilidad que excede cualquier tacto dado y que no puede reducirse a una acción unilateral realizada por un sujeto". Reúno las partes de lo pensado en estos dias (el espacio como relación, el otro que constituye al sujeto en ese espacio, quien puede ser denominado "otro", que le pasa a nuestra carne con o sin ese tacto) y le propongo a mi compañera creativa que en esta sesión nos movamos percibiendo y mirando el espacio en el que estamos como un otro que tambien nos constituye. Comenzamos explorando las cuerpas, dejando viajar el movimiento sin consigna, para luego llevar a una afirmación lo que nos pasa al bailar en este lugar. Una vez escrito el texto, tratamos de ser fieles a la reflexión, procurando alejarnos de nuestros "hábitos" de movimiento para encontrarnos abiertamente con este otro no humano que tambien nos condiciona, nos pone límites y nos cobija. Tambien nos invitamos a re-mirar el lugar, y ciertamente  eso cambia la sensación de habitar. La Maca me dice que los elementos de esa casa le traen recuerdos de otros tiempos, que no es inocua su relación con las cosas que conforman su espacio, ese espacio que ahora ya es tambien un poco mío, porque aunque sea a través de una pantalla, percibo el efecto que produce en su cuerpa, en su movilidad, en su emoción.











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