Elegía de la carne: asomos metodológicos.
(Elegía: Composición poética del
género lírico en la que se lamenta la muerte de una persona u otra desgracia y
que no tiene una forma métrica fija).
Cuarta sesión. Por primera vez el
equipo completo se reúne. Pese a las dificultades de conexión de Macarena (trata
de enganchar al WIFI del vecino, captura señal del celular de su hijo, entre
otras maniobras), podemos conversar sobre el proceso en curso.
Es evidente que cada uno aporta
contenido desde su campo disciplinar, y esa subjetividad a ratos escala como si
estuvieramos en la Torre de Babel. Afortunadamente somos conscientes de ello y
la primera definición que afirmamos es la de construir un lenguaje común, que
permita darle cabida al cuerpo, la danza, la filosofía y la arquitectura, como
reza la bajada de título que hemos encontrado para este proceso de
investigación.
Jorge vuelve a citar al Neufer, la
biblia de los arquitectos, libro que normaliza la construcción arquitectónica,
dandole medidas a los edificios, instalaciones, a las relaciones espaciales e incluso
a los utensilios que ocupamos diariamente. Con algunas variaciones desde su
primera edición (básicamente por exigencias ambientales) este texto enmarca nuestras
existencias, pues delimita el espacio en el que nos movemos, vivimos y
convivimos. Retorno entonces a la reflexión filosófica que inaugura esta
investigación, en la cita de Merlau Ponty que señala que “siempre estamos de algún modo siendo hechos a la vez que hacemos,
estamos sometidos a la vez que actuamos, y tocando a la vez que somos tocados”
siendo imposible desligarnos de ese entrelazo. Supongo que Merlau Ponty no
pensaba en los objetos cuando hacía esta reflexión, pero a nosotros se nos
aparece como nítida la idea de que nuestra libertad se enmarca – entre muchas
otras cosas – en las posibilidades que el espacio que habito me otorga.
Esta investigación busca
apropiarse del espacio cotidiano, y entendemos que este espacio tiene medidas
relativamente estándar para algunas cosas (puertas, ventanas, distancia entre
los peldaños de una escalera, la altura de la taza del baño, las dimesiones de
un lavaplatos), asi como habrán otras (tamaño de habitaciones, jardines,
balcones) que dependerán de la clase social a la que perteneces y al tipo de
vivienda que puedas optar. Atendiendo a eso, definimos el primer punto: la
investigación del espacio cotidiano como espacio escénico no será ascéptica,
pues dará cuenta de las diferentes realidades espaciales que puede enfrentar un
artista dependiendo del estado de su bolsillo. De esta forma, dimensionaremos
la habitación de la Maca como su unica posibilidad escénica (de acuerdo a su
situación actual) y tambien las habitaciones de mi casa, que es generosa en
términos espaciales y no responde a una condición de estrechez o hacinamiento.
Tambien llegamos al primer concepto del glosario compartido: llamaremos SALA a
toda habitacion a intervenir, y le pondremos números. Así, la habitación de la
Maca queda signada como SALA 1 y las piezas de mi casa se numeraran de acuerdo
a su ubicación (Living -SALA 2, Comedor – SALA 3, Baño de visitas – SALA 4,
etc). Usaremos este código tanto para el trabajo de cada sesión como para la
etapa de “funciones” abiertas a público.
Un segundo punto de definición es la
estructura metodológica de cada reunión de trabajo, algo que ya veniamos
realizando con Macarena pero que ahora integra el conocimiento de Jorge. Una
forma circular de trabajo que queda de esta forma:
Al
cierre del Zoom, quedamos con algunas tareas para la casa que revisaremos el
próximo jueves. Como la cabeza queda a mil, me desvelo ese día buscando
referentes que les mando a los compañeros a horas inapropiadas de la madrugada.
Es que a veces la pulsión creativa no respeta ninguna metodología.
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